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Cuidado con el efecto del sesgo de anclaje al tomar decisiones financieras

El sesgo de anclaje es un efecto cognitivo que puede afectarnos considerablemente en la toma de decisiones financieras, no sólo a la hora de gastar, sino también a la hora de invertir.

Publicado por livetopics
Vie, 19 noviembre 2021, 11:36

El sesgo de anclaje es un efecto cognitivo que puede afectarnos considerablemente en la toma de decisiones financieras, no sólo a la hora de gastar, sino también a la hora de invertir.

A pesar de que la mayoría de nosotros pensemos que, por norma general, cuando se trata de tomar decisiones financieras, intentamos ser lo más racionales posible, lo cierto es que nuestras emociones suelen jugar un papel esencial. 

Dentro de todos los sesgos cognitivos que nos afectan a la hora de tomar decisiones financieras, el sesgo de anclaje es uno de los que más nos afecta.

Te contamos en qué consiste para que puedas tenerlo en cuenta e intentar evitar que este afecte negativamente a tus decisiones.

¿Qué es el sesgo de anclaje?

El sesgo de anclaje se trata de un sesgo cognitivo que se caracteriza por llevarnos a tomar decisiones en base a la primera información que recibimos, ya sea una característica concreta o el precio de un bien.

Estos primeros datos se quedan anclados en nuestra memoria y tienen un peso mayor a la información que percibimos tras haber tomado una decisión.

La información que percibimos en un primer momento nos lleva a anclarnos en un único dato, ya sea el precio o una característica concreta hasta convertirlo en la base de la decisión que vamos a tomar finalmente.

Sin duda, es un concepto muy ligado a la economía conductual, una rama de la economía que se encarga de estudiar la forma en la que gastamos nuestro dinero y las razones que nos llevan a hacerlo.

Cómo utilizan el sesgo de anclaje en las tiendas

El sesgo de anclaje es uno de los sesgos cognitivos que más afectan a nuestras decisiones de compra, de ahí que las tiendas sepan cómo aprovecharlo para llevarnos a comprar ciertos productos y hacernos comprar más.

El ejemplo más claro en el que podemos ver cómo las tiendas aplican este fenómeno psicológico para hacernos gastar en cosas innecesarias o que no entran dentro de nuestro presupuesto es el de la teletienda.

Cuando empezamos a ver un anuncio de la teletienda vemos que nos muestran un producto a un precio que acaban tachando inmediatamente y lo reducen considerablemente para que nosotros lo visualicemos como barato al tener como referencia el precio inicial.

Pero lo cierto es que probablemente el precio inicial estuviese muy inflado y el que se ajusta más al valor real del producto sea el segundo, incluso puede que aún ese segundo precio sea demasiado elevado, pero nosotros no lo consideraremos así ya que nos hemos quedado con el primer precio como referencia.

Este es sólo uno de los muchos ejemplos en los que las tiendas utilizan el efecto anclaje para hacernos comprar más, incluso cuando esa compra no estaba entre nuestros planes.

¿Cómo nos afecta a la hora de invertir?

El sesgo del anclaje también nos afecta a la hora de tomar decisiones de inversión.

A pesar de que el claro ejemplo para ver cómo nos afecta el anclaje a la hora de invertir sean las decisiones que tomamos al invertir en bolsa, también podemos verlo claro con un ejemplo que puede aplicarse ante la elección de cualquier producto de inversión:

Si estamos valorando la contratación de un producto financiero y nos ofrecen un producto con una rentabilidad del 0,5%, pero al día siguiente nos ofrece uno con una rentabilidad del 0,8%, automáticamente preferiremos este segundo producto ya que tomamos como referencia el primero y consideramos este mucho mejor al tener un porcentaje de rentabilidad superior. Pero...¿Y si hubiese una opción mejor? 

Lo mismo pasa cuando invertimos en bolsa y nos fijamos en el precio de las acciones. Es muy común tomar como referencia el precio pasado de una acción para poder estimar cuál será su potencial de revalorización en el futuro. Pero lo cierto es que una cotización pasada no tiene por qué ser un valor decisivo para establecer este potencial de revalorización.

El sesgo de anclaje nos lleva a tomar decisiones de inversión basadas únicamente en un dato cuando lo correcto sería hacer un balance de todas las características y analizar de forma racional qué opción es la mejor dadas nuestras necesidades y nuestro perfil inversor.

¿Cómo podemos evitar el efecto anclaje?

Para poder evitar el sesgo de anclaje a la hora de comprar lo más recomendable es siempre tener un presupuesto claro que nos ayude a no desviarnos de nuestros objetivos y a tener claros todos nuestros gastos.

Pero sin duda, lo más importante es analizar en profundidad el producto que vamos adquirir antes de tomar una decisión: ¿es la mejor opción? ¿de verdad lo necesitamos? ¿cómo afectará esta decisión a mi futuro financiero?

Lo mismo ocurre a la hora de tomar una decisión de inversión. Antes de dejarnos llevar tomando como referencia la primera opción, necesitamos analizar y comparar en profundidad otras alternativas, valorando en conjunto varias características clave antes tomar una decisión.

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