Gastos vampiro: ¿qué son y cómo afectan a tus finanzas?

Son muchos los distintos tipos de gastos a los que nos enfrentamos día a día, y uno de los que seguro que afectan a tu presupuesto y quizás no conozcas son los llamados ‘gastos vampiro’. 

Los gastos vampiro pueden ser nuestro gran enemigo a la hora de intentar ahorrar y lograr nuestros objetivos financieros. Pues este tipo de gastos pueden hacernos perder más dinero del que nos imaginamos si no sabemos cómo controlarlos. 

Así es, los gastos vampiro son un tipo de gasto innecesario y que, aunque nos parezca insignificante acaban ‘chupando’ una parte considerable de nuestros ahorros a final de año. 

Si quieres saberlo todo sobre este tipo de gastos y cómo puedes controlarlos para conseguir sanear tus finanzas personales… 

¡Sigue leyendo!

¿Qué son los gastos vampiro?

Podemos definir los gastos vampiro como aquellos gastos innecesarios que no incluimos en nuestro presupuesto dado que, por norma general, no solemos tenerlos en cuenta. 

Los gastos vampiro son un tipo de gasto que suele pasar desapercibido a pesar de ser gastos fijos en los que todos solemos incurrir pero no le damos la importancia que realmente tienen. 

Este tipo de gasto parecen insignificantes pero poco a poco acaban afectando considerablemente a nuestras finanzas personales haciéndonos perder entre 1.200 y 1.800 euros anuales , llegando a suponer esto entre un 10% o un 20% de los gastos mensuales de algunas personales. 

Suelen confundirse con los gastos hormiga, pero lo cierto es, que los gastos vampiro suelen tener un mayor impacto en nuestras finanzas. 

Algunos ejemplos de gastos vampiro que nos ayudan a entender de forma clara a qué tipo de gastos nos referimos cuando hablamos de estos son: contratar una potencia superior a la que necesitamos en nuestra factura de la luz, el pago mensual del gimnasio al que no vamos o la suscripción a esa plataforma de música que ya no utilizas. 

¿Qué podemos hacer para reducir o eliminar nuestros gastos vampiro?

Evitar los gastos vampiros nos ayudará a ahorrar, y sin duda, será un paso clave para lograr mantener nuestras finanzas sanas. 

La clave para poder eliminar o al menos reducir nuestros gastos vampiro es revisar en detalle todas nuestras facturas. De esta forma podremos conocer en qué gastamos nuestro dinero, qué tipos de gastos tenemos y valorar cuál de estos podemos intentar reducir o eliminar. 

Al hacer este ejercicio veremos cómo varios de nuestros gastos son innecesarios y por lo tanto, podemos prescindir de ellos. Algunos ejemplos claros son los mencionados anteriormente: suscripciones a plataformas que no utilizamos, contracción de servicios como el eléctrico o telefónico por encima de nuestras necesidades, etc. 

Elaborar un presupuesto personal en el que detallemos todos nuestros gastos será el paso clave que nos permitirá identificar nuestros gastos vampiro y valorar cómo podemos reducirlos o eliminarlos. 

Otros gastos que nos impiden lograr nuestros objetivos de ahorro

Los gastos vampiro no son los únicos que afectan a nuestro presupuesto de forma silenciosa. 

Otro tipo de gastos muy similares a estos y que también debemos intentar revisar una vez nos paremos a analizar nuestros gastos al elaborar nuestro presupuesto personal son: 

Los gastos hormiga 

Los gastos hormiga son pequeños gastos diarios en los que incurrimos día a día y que, al tratarse de gastos de bajo importe no damos la importancia que realmente tienen. 

A pesar de que son gastos de pequeño importe solemos realizarlos de forma recurrente y a lo largo del tiempo acaban suponiendo una cifra considerable que podríamos emplear en otros aspectos más relevantes para nuestras finanzas como el ahorro. 

Se estima que los gastos hormiga pueden llegar a suponer en nuestro presupuesto un gasto mensual de unos 150€ al mes. 

Algunos ejemplos claros de este tipo de gastos son el café que tomamos cada mañana fuera de casa o ese capricho que no tenías pensado comprar pero que acabas incluyendo en tu cesta de la compra semanalmente. 

 Los gastos fantasma

Por otra parte, también debemos fijarnos en los conocidos como ‘gastos fantasma’, que son aquellos que relativamente son invisibles dado que no nos damos cuenta de que estamos incurriendo en ellos. 

Este tipo de gastos también suelen ser a priori de importe reducido, pero si no los controlamos, acaban afectando considerablemente a nuestro presupuesto. 

Un ejemplo claro de pequeños gastos fantasma son los derivados del modo espera o en reposo, estados en los que solemos dejar muchos aparatos electrónicos que implican un gasto innecesario que viene reflejado en nuestra factura de la luz. 

Controlar nuestros gastos es un paso clave para poder mejorar nuestra capacidad de ahorro y poder empezar a tomar decisiones financieras que nos ayuden a asegurar nuestro futuro y el de nuestros seres queridos. 

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