Seguro de vida con capital decreciente: ¿qué es?
Entre los diversos tipos de seguros de vida que existen en el mercado hay uno del cuál todavía no os hemos hablado: los seguros de vida con capital decreciente.
Entre los diversos tipos de seguros de vida que existen en el mercado hay uno del cuál todavía no os hemos hablado: los seguros de vida con capital decreciente.
¿Sabes qué es un seguro de vida con capital decreciente? ¿Cómo funcionan este tipo de seguros? ¿Nos resulta un producto atractivo?
Entender cómo funciona un seguro de vida con capital decreciente es mucho más sencillo de lo que te imaginas. En este artículo te explicamos todas las claves para que tengas claras las peculiaridades de este producto.
¡Empezamos!
¿Qué es un seguro de vida con capital decreciente?
Los seguros de vida con capital decreciente son un tipo de seguro de vida que se contrata normalmente ligado a nuestra hipoteca o a cualquier préstamo personal.
Este tipo de seguro de vida se caracteriza por ser una póliza en la que el capital asegurado se va reduciendo a medida que también lo hace la deuda que tengamos con la entidad financiera. De ahí el nombre de “capital decreciente”.
El objetivo principal de este seguro de vida es que, en caso de producirse el fallecimiento o la invalidez del asegurado, la deuda con la entidad bancaria quedará totalmente saldada y no recaerá sobre los herederos.
¿Cómo funcionan los seguros de vida con capital decreciente?
Entender el funcionamiento de un seguro de vida con capital decreciente es muy sencillo.
Este tipo de seguro de vida suele contratarse vinculado a nuestra hipoteca o a cualquier otro préstamo asegurando un capital igual al valor de dicha deuda y este capital se va reduciendo a medida que disminuye la deuda con la entidad financiera.
La prima que pagamos en el caso de los seguros de vida con capital decreciente se calculará en función de lo que nos queda por pagar, pero hay que tener en cuenta que, en esta también influyen otros aspectos como el a edad o cualquier riesgo básico para un seguro de vida.
Esta se calculará anualmente en función del capital que se haya amortizado el año anterior. Estos seguros están pensados principalmente para cubrir el capital de deudas que tengan un plazo de vencimiento determinado.
Diferencias clave entre un seguro de vida tradicional y un seguro de vida con capital decreciente
Son dos las diferencias clave que vemos al comparar un seguro de vida tradicional con un seguro de vida con capital decreciente:
1. En el capital asegurado
Como os comentamos, este tipo de seguro de vida se caracteriza por contar con un capital que va disminuyendo año tras año dado que, el objetivo principal de esta póliza es cubrir el dinero del préstamo que va quedando pendiente de liquidar.
Mientras que en los seguros de vida tradicionales el capital asegurado siempre es el mismo (a no ser que nosotros decidamos modificarlo por algún motivo) y por norma general, no sólo está pensado para cubrir deudas, sino otros aspectos clave como pueden ser la manutención de nuestros hijos.
2. En la prima
Otra de las grandes diferencias con respecto a los seguros de vida tradicionales la vemos en la forma de pago de la prima.
En el caso de los seguros de vida tradicionales, decidimos qué capital asegurar y pagaremos por este una prima determinada que podrá llegar a variar en función de nuestra edad actuarial, algún impuesto o la exposición a algún nuevo riesgo que encarezca la prima.
Mientras que en el caso de los seguros de vida con capital decreciente la prima se calculará en fundamentalmente en función del capital que nos queda por pagar del préstamo con el que hemos contratado el seguro. Eso sí, hay que tener en cuenta que a este seguro también le pueden afectar aspectos como la edad del asegurado o riesgos, por lo que la reducción en el precio no siempre se acaba produciendo.
¿Son una buena opción?
Hay ciertas cosas a las cuales debemos prestar atención cuando estamos valorando contratar este tipo de seguro de vida.
Una de ellas será nuestra edad. Si tenemos entre 18 y 45 años puede que este tipo de seguro nos llegue a resultar interesante pero una vez superamos los 45 años debemos tener cuidado ya que el coste de el seguro puede dispararse considerablemente.
Otra de las razones por las que un seguro de vida con capital decreciente no siempre es la mejor opción es que este sólo está pensado para cubrir una deuda determinada y el beneficiario es la entidad bancaria con la que lo hemos contratado.
Recuerda que un seguro de vida va mucho más allá de garantizarnos la cobertura de una deuda. Los seguros de vida son productos que nos aportan protección tanto a nosotros, en caso de sufrir una incapacidad permanente, como a nuestra familia.
Asegurar un capital adaptado a todas nuestras necesidades es la mejor opción para estar realmente protegidos de cara al futuro.
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